...las ganas de escribir se te meten entre los dedos, después de tanto leer.
Entre el cigarro y su humo y sus mil volutas o el aporte cósmico de aquél orgasmo que te marcaste.
Maneras de ser, maneras de vivir (Grandes los Leño) y así los días que se te hacen vida, sufriendo sus restricciones y sus grandes momentos, sí esos, pillarlos al vuelo cuando no se te dan, qué te los buscas.
Pura literatura existencial o la retórica del "me la suda" (la mente) siempre ahí, al margen y en todo el centro.
El caso que mientras no veo una película que se me hace exagerada, escribo-pienso-siento. Y así no hay notoriedad de precipicios, grandes locuras, torturas imprecisas e impresas, ni tiras de papel que rasgar o vestiduras clamando sexo.
Y el tiempo no es eterno por mucho que nos cueste "de creer", que nos marca y nos jode a partes iguales menos cuando se detiene en las, en tus pupilas.
Y todo lo demás se mide.
Y todo lo demás se mide.
Las ganas de escribir se escabullen entre las ganas de sentir.
ResponderEliminarNo lo creo así. Saludos ;-)
EliminarA ver si esas ganas de escribir se hacen tinta y rosas. Esperemos...
ResponderEliminarSalud!!!