Todo es un puto caos.
Es un puto caos fraccionado en los minutos que no nos ahogamos, en la mirada limpia que nos abre el mundo, en las arrugas del colchón y en el hueco del almohada.
Despertar temiendo que el tiempo se nos acabe, rodeados de una libertad que no existe. Con la mierda tan hasta el cuello que nos impide chillar.
Y nos miramos los ojos y todo es como fue, como es, como debía ser, y mejor.
Entre el silencio y el gemido, la única razón perfecta.
Miro el reloj.
La mayor imperfección del tiempo. Qué pasa despacio y tan despacio, al ritmo lento de jodidos minutos que van contando horas, en un porque sí tan diferente al del murmullo del roce, del piel con piel, que me transcribo.
La mayor imperfección del tiempo. Qué pasa despacio y tan despacio, al ritmo lento de jodidos minutos que van contando horas, en un porque sí tan diferente al del murmullo del roce, del piel con piel, que me transcribo.
Y me acerco al miedo, con el coraje que no existe más allá de la confianza, derrotada por el día a día que escribe para no romperse en el reglón oculto y en la puta realidad que brama.
Qué injusto es el silencio de la elección y el amor por encima de todo.
No hay medida suficiente, ni explicación ninguna.
Qué injusto es el silencio de la elección y el amor por encima de todo.
No hay medida suficiente, ni explicación ninguna.
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Caos, todo es caos
menos la fracción de la mirada limpia
que nos abre el mundo
El amor
solo amor
que no nos mate el tiempo
ni su hipocresía
que nos arrugue en el hueco
de la única razón perfecta
el silencio, el gemido...
el tiempo
su imperfección, su ritmo lento
que despacio y despacio
nos ahoga
y en el caos del roce
del murmullo y de tu piel
me transcribo al miedo
y al reglón oculto
injusta elección
sin medida suficiente
ni explicación ninguna
el todo
su caos
el tiempo
...
y el amor
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