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Tu y yo suma un nosotros.

Y me parece a mí que toma consistencia el pronombre personal porque es el conjunto de muchas cosas y cómo tengo el ánimo poco ilustrativo tampoco me apetece listar el conjunto de esas muchas cosas que tienen definición y nomenclatura.

Y es que me faltan palabras y me sobran argumentos para saber que ese nosotros es del todo diferente.

Y así me siento, feliz por ser partícipe de un nosotros y cabreada por el conjunto de otras muchas cosas que nada tienen que ver con la suma de nuestras personas.

Pero sobre todo me cabrea esa sensación de que pienso mucho y hago poco. No digo "nada" porque me deja el ánimo inactivo y ésto, eso o aquello se convertiría en algo peor.

Aunque siendo sincera, y siendo esto BLOG. Porque no decir que lo me inquieta sobre manera es la obsesión abrasiva y volcánica que me dan las ganas de querer hacer EN figura corporal, el número de dos cifras que resulta del seis y el nueve.

Y cómo no vamos a discutir porque si tu quieres ser el seis te dejo, y si quieres ser el nueve también - porque eso es lo de menos; que yo me centro en el de más-.

Me recreo en la figura imaginada de nuestros cuerpos en posición de combate (que se puede llamar así) y en el fragor de la batalla cuyas únicas armas son la punta de nuestras lenguas y el conjunto de nuestras fuerzas bocales.

Y es que te quiero desquebrajar la armadura de tu existencia con el ritmo de esta vez mis vocales y las justas consonantes, mientras no puedo articular palabra ninguna y te relato esas cositas que tienen definición y nomenclatura con mi boca y el sentido del gusto.

Y déjame añadir que si llegamos al setenta yo prefiero ser el cero porque el todo y la nada es sensación antigravitatoria y extransensorial y esas; sin duda alguna, son las que a mi me gustan.

Y cómo a parte del sentido del gusto, también tengo el del tacto, me quedo con las ganas de decir tu nombre con apellido para que el mundo sepa que existes de verdad y no eres un personaje ficticio fruto de una gran imaginación y muchas ganas.

Porque reconozcamos que parte de la gracia de la blogosfera es la posibilidad de las pajas mentales, pajas virtuales, pajas sensoriales...