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Ying Yang

Las neuras y el pálpito. Razón absoluta.


El transistor sonó y no tuvo más remedio que estirar el brazo para dar al botón que lo apagaba, al hacerlo sintió un hueco a su lado. Se sobresaltó y recordó que no estaba sola.
Sonrió y se giro lentamente. Ahí estaba él, con los ojos cerrados respirando despacio, no le quería despertar, sólo embriagarse de su existencia  y mirar sintiendo que le quería.
Él se movió ligeramente y abrió los ojos. Ella abrió sus labios y le besó.
Él la agarro los huesos de sus caderas y se la puso encima. Ella se estiró encima de él haciendo del roce de su cuerpo el baile de los sentidos. Él besó su cuello. Ella besó su rostro. Él arrastraba sus manos por su piel. Ella besaba su boca y le alborataba el pelo...

Y yo les miraba pensando que cuando se conocieron ya eran mucho más que posibilidad y ganas, que seguramente serían mucho más que la historia de un recuerdo.
Eran el sosiego del corazón y la locura de las neuronas impregnados de palabras mayores. Aquellas que se escriben y se sienten, las únicas válidas e irresistibles.
Eran todos los cómos exclamados e interrogados más todos los por qués de una existencia imprevista -la propia- y el sentido común de un sueño.

Quizá uno exista porque el otro también o viceversa...nunca lo sabremos porque nunca seremos capaces de entenderlo.




Y lo peor es que lo siento por tod@s los dem@s...entre medias de un cabreo que no puedo remediar.

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Ying Yang
UFS: Unión de Folladores Salvajes.
Ufs: Unilateral fusión de sensaciones.

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.
En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
Mario Benedetti

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