A mitad de la entrada que será un mero borrador, decidí que el domingo 26 de septiembre del 2010 se llamaría cloroformo, pero recapacitando y sin dormir todavía, también pensé que no se debía poner el nombre hasta que el día no hubiera o hubiese acabado. Porque el día no se acaba hasta que nos dormimos y ponemos el punto final y vuelta a empezar o a seguir, depende.
Y además me sería imposible llamarle, cloroformo.
No había acabado de pensar en el tema. Le daba vueltas a la tontería.
Y si se lo pongo por la mañana. Cuando te vas a acostar es fácil poner nombre al día, hazlo por la mañana, seguramente el nombre que elijas te marcará la actitud que no aptitud.
Hoy es Dicharachero, no es martes 27 de septiembre del 2010 es Dicharachero.
Y todo porque cuando recordamos un día en particular de nuestra vida no es por la fecha, qué realmente es algo vulgar, es por lo que hemos vivido, querido vivir, nos han dejado vivir. ¡Vaya usted a saber y los etcéteras!
A partir de ahora y hasta que me muera. Si no se me olvida, (A veces hay que escribir lo obvio) cada día de mi vida tendrá un nombre diferente. Y pasado el tiempo recordaré el día por su nombre.
Les dejo el enlace del vídeo oficial. Está curioso
No hay comentarios:
Publicar un comentario