Villancico discursado.

Lo que diferencia a un hombre bueno de uno malo, no se reduce al hecho de que uno empuñe un arma matando inocentes y otros no. 

Engañar valiéndose de la ignorancia ajena para sacar provecho propio, robar a manos llenas del dinero que no es tuyo, sacar provecho real y no proporcionado del esfuerzo de los demás, causar dolor a indefensos, menospreciar no sólo por el color, si no por el simple hecho de una diferencia mental, de recursos, de pensares, de conocimientos, la falta de ayuda en lo que no te causa esfuerzo hacer, el no compartir lo que te sobra, el querer tener algo menos para que algunos otros tengan un poco más...eso y muchos etcéteras más, también hace a los hombres malvados.

Así pues, dejemos de pensar que la paz del mundo depende de los demás, y que si doy limosnas no vamos a ganar el cielo porque no es verdad, el cielo se gana cada día, en cada rutina, en cada palabra, en cada paso que damos.

La maldad no es sólo el gen de los asesinos, es algo mucho más simple y real. La soberbia, el egoísmo, el odio que derrochamos cada día de nuestras vidas conlleva mucho más que la muestra de un carácter.  

Lo que nos importaba con veinte años no debe quedar reducido a cenizas porque el sistema se haya engullido nuestros ideales y porque la juventud sea y es el divino tesoro de lo inquebrantable.

Cada silencio es una condena. Unamos voces, esfuerzos, actitudes, aptitudes y luchemos pensando que si no hay un mundo mejor no es porque no se puede cambiar si no sólo porque no hemos sido todavía capaces de cambiarlo.

No dejad  que los poderosos se salgan con la suya, no dejad de luchar por lo que creéis   no dejad que el desánimo os quite las ganas, no dejad que os coman las vísceras y hagan sogas con vuestras tripas.

Me importa nada el discurso de Juan Carlos porque yo tengo el mío propio, me importa nada los políticos porque se comieron mi ilusión de votar sintiéndome representada, me importa nada las corridas de toros porque hay cosas más importantes.

Y si hay que salir a la puta calle a quemar los leones de las cortes habrá que salir y dejar las asambleas para cuando nos hagan caso.

¡¡Viva España!! 

Monarquía parlamentaria bananera de piel toro y mi país.