El maravilloso mundo de los tiempos perdidos.

Pasaba el tiempo entre insomnios e inspiraciones, entre las corridas y las señas. En el mundo imperfecto de las palabras sin voz, en los sueños a cucharrillas que salían de los sacos de cristal.

Ojos muertos imaginando el color de pupilas chorreando arco iris de fluidos corporales que se podían beber solo con abrir las bocas.

Detrás de aquella manada de iconos se escondían las imperfecciones más perfectas y las mentiras más arraigadas.

Vidas que no se querían vivir y sistemas binarios de ceros patateros y de soledades de números primos.

No había forma de encontrar el mundo perfecto más allá del roce de una piel, allí dónde el hombre primitivo es capaz de encontrar el placer más absoluto atrapado en las fracciones de tiempo.

Se preguntaba como era posible que tras tanta mentira hubiera podido encontrar tal verdad, que transmisor había emitido la energía suficiente como para que todo se hubiera o hubiese vuelto casi de la noche a la mañana la mejor de sus condenas:

El amor que me causas es peculiar, porque me llenas de picos los electros tanto los cardiogramas como los encefalogramas y rematas en el punto medio.
Lo que emociona mi sistema nervioso no es el placer del roce de la punta de tu dedo en mi fino pellejo, son las volutas de colores del haz de tu mirada y entonces el círculo mágico que dibuja tu huella digital en mi vientre es pura poesía.

Y descubro que no está el te quiero en el sonido de la voz, qué la metafísica que me causas es un hecho cierto (aún cuando no estás).

Qué no necesito el conocimiento de la poesía en cualquiera de sus variantes para ofrecerte con palabras el regocijo que me provocas.

Y además debes saber que mi sonrisa vale más que mil poemas de amor y  más que cientos de mis suspiros entre los suspensivos de los gemidos.

Feliz salida y entrada de año, a todos los que pasaron, pasan y quedan por pasar por BLOG .

Imagen: La salida del sol. Mar del este. Michael Levin http://www.michaellevin.ca/