Llorar por llorar y Opinión.

Me quedan dos minutos para llorar, lo siento en mi estomago y mi garganta.
Hace mucho que no lloro.
Estoy intentando filtrar que emoción/sentimiento me está removiendo por dentro.
No lo encuentro.
No sé que es.
Me queda un minuto.
Apenas me puedo contener.
Llorar por llorar. Sin más. ¿Por qué he de llorar por algo?
Necesito llorar.
Me apetece llorar. Sin más. Porque sí.
Porque he de racionalizarlo todo.
Llorar por llorar

Lágrimas transparentes en mi rostro.
Limpias de sentimientos y emociones o suma infinita de ambas.
Revueltas.
Tornado de todas.
Tornado de nadas.

Llorar por llorar sin más.

NOTA: Ruego encarecidamente se abstenga de hacer comentarios. misticosespiritualesreligiosos tipo: Llorar es bueno. Llora y limpia el alma, A veces llorar nos ayuda a...etcétera muy largo..
No me gusta nada los curillas blogueros y mucho menos los guías espirituales de pastel. Siento herir sensibilidades.

Esto no es una entrada de estoy mal...Es expresión y punto.

Además puestos a ser sinceros nunca me gustaron aquellos que sin invitación previa se autoproclaman en el papel de salvadores de almas.

Esto me recuerda a la película del Rey pescador. Y si me pongo a explicar el por qué, me voy a enrollar demasiado.

En cualquier caso me parece del todo pretencioso dar consejitos pasteleros cuando no se conocen los hechos reales y objetivos que llevan a alguien a escribir entradas de este/ese tipo.

Tenemos una tendencia natural a pensar que hemos pasado por esas mismas circunstancias y esas mismas sensaciones, pero la esencia de los individuos es personal e intransferible.

Para dar un buen consejo tendríamos que saber que hechos ciertos han llevado a esa persona a estar en ese estado. Y en la mayoría de los casos no tenemos ni puñetera idea.

Deberíamos ser conscientes de la responsabilidad que conlleva hacer ciertos comentarios.

Después de esta entrada no voy a poner explicar como me he sentido ante ciertos comentarios

hechos en este blog, porque sé a ciencia cierta que solo prentendían ayudarme y eso ha hecho que no arremetiera sin orden ni control.

Pero no tengáis duda de que cuando digo que no me conocéis . ES QUE NO ME CONOCÉIS.

Ni siquiera mi querido Osito de peluche que me llevo a un concierto guiado de una de las personas más encantadoramente extrañas que conozco (a parte de mi) y no por la forma sino por el fondo.

Gracias.

Si ya me cuesta confesarme con alguien que me conoce en profundidad como para hacerlo con alguien que no me conoce de nada.

Y recuerdo el principio de este blog.

Para mi desgracia o no, tengo una memoria cojonuda.

Saludos cordiales.

Anele.

¡Vaya tela!