Moléculas qué batidas por susurros de piel y por la metafísica del orgasmo, se chocan queriendo ser libres.
Soy testigo de lo que el sentimiento produce y me sobra alegato en los cincos sentidos de tu recuerdo.
Somos la única causa del efecto que producen nuestras moléculas.
Somos un triangulo equilatero de insatisfacción transcendental, un círculo mágico de transparencia hormonal.
Somos un figura tan imperfecta-mente heterogénea que perfección es imposible que nos defina.
Somos una liturgia mental de palabras con aderezos y especias.
Somos el significado de nuestra vida y la antítesis de nuestra muerte.
Somos pers0nas perdidas en el océano de las dudas, que contemplan aturdidas la emanación de un principio sin fin.
Somos mucho más que pornografía, mucho más que la adrenalina de una locura, mucho más que los coeficientes de una coherencia interna, mucho más que el encuentro lúcido de una gran realidad.
Somos tú y yo en el mundo que no existe más allá de nosotros, rozando enajenación mental por la sutileza que nos desborda.
Somos demasiado verdad para ser una mentira .
Son ustedes dos nada más.
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