...FORZADA.
Al despertar, no estaba en mi cuerpo. Lo sé porque me podía ver desde arriba tirada en la cama encogida como un feto, durmiendo y supongo que soñando que había despertado y no estaba en mi cuerpo.
Ella sigue tirada en la cama, yo estoy aquí sin saber si existo, sin saber que soy.
Nada tiene sentido, no comprendo como puedo estar fuera de mí y tener algo así como conciencia. Es tan extraño y poco habitual que sólo se me ha ocurrido hacer lo que hago todas las mañanas siendo yo y no otra.
Quiero salir de aquí porque no me encuentro cómoda y no sé realmente si soy primera persona del singular o la tercera.
A lo mejor todo ocurre porque nosotros nos fugamos por los huecos del teclado y no tenemos razón de ser.
No quiero ser un hueco de nada, ni de nadie. Ese espacio se me hace pequeño y me ahogo, no me reconozco. Quiero ser mucho más que palabras leídas, quiero ser comunicación y expresión corporal.
Se quiere despertar, me tengo ir. Ella es importante, más que yo, que sólo soy inspiración de un pensamiento fugado de algún lugar difuso.
Se quiere despertar. Me tengo que ir. Quiere sonreír.
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