Te quiero lamer el seso de la misma forma que tu lengua saborea minuciosamente los pliegues húmedos de mi coraje.
De la misma forma que tu poderoso especímen, solemne y rotundo.
Rompe cada intervalo muerto de mi profundidad.
Y sucedió, que el tiempo se esfumó en el hechizo de las geometrías romas.
Diego Franco Molina. Los Amantes del ocaso. Lugar Web |
Al igual que tu sabor, olor y locura.
Y es que.
Me rompes los detalles, cada vez que te sumerges en el fondo de mí.
y me recuerdas de que color es el mundo.
Me rompes, los detalles, cada vez que me versas los poros del cuerpo con el filo de tus labios
y me pongo a recitar el mantra de mi son, en la cogida de tus músculos vitales.
El cante de tu sinfonía.
Me recompone, los entremedias.
Sin paréntesis ni puntos suspensivos.
Me recompones, cada vez que me tocas las consecuencias,
y pronuncias las palabras subrayadas con la tinta transparente y templada del chorro de tu adn.
Tú.
Me recompones.
El cielo se ha roto en mil pedazos de tonos de azul.
Cada tono es un silencio de una palabra perdida
que
Escribió la tinta indeleble de la soledad más absoluta.
Aquella, que cuece lágrimas de los que no lloran.
Siempre quise vivir al margen y siempre me di cuenta que lo hacía al margen, sí. De mi hoja de papel, borrando las palabras de grafito que empezaba a escribir en el centro mismo y acababan cayendo por los bordes para escribirse en ninguna parte.
ResponderEliminarSoñé contigo tantas veces pensando que te podía encontrar, que no lamento ser un brote de un byte al margen de la ley.
Al margen mismo de lectura y entendimiento
Al margen de poesía y de erotismo.
Al margen de sucedáneos líricos, que no se sienten pero que se pueden expresar, cosidos a ritmos de seguidores y seguidos.
Soñé con amores imposibles que arrancaban mi ropa en jirones púrpuras.
Soñé un mundo ilimitado de placer y lujuria con orgasmos alternos y continuos.
Soñé que el mundo era fácil reflejada en unos ojos sin precedentes y una mente sobrecargada de electricidad.
Soñé que respirar no escuece aunque el mundo tenga espinas
Soñé contigo tantas veces, pensando que mis palabras taladraban la existencia de un ser que no conocía. Qué ahora que tengo que dar las gracias a un trozo de red dónde encontré el hueco de mí.
No se me hace absurdo. Sólo improcedente.
(Espero ser capaz de regalarte mucho más de lo que soy capaz de escribir).
Anele, simplemente Elena.
Muy ínitmo tu escrito hasta me siento intrusa.
ResponderEliminar:(