No estoy seria, no estoy triste es sólo que estoy pensando una vez más.
Mientras intenta hacer uso de sus neuronas, dos manos magrean sus tetas sin silicona y un boca arranca la epidermis del tatuaje de su cuello.
Todo es como debe ser.
La insustancial existencia deja paso a la verdad más absoluta.
Escribir calma unas ganas inexistentes de contar algo más allá del absurdo que rodea. Chillidos sin voz, miradas sin ojos y caricias con muñones.
Sexo, seso y rock and roll con alevosía e intención y la verdad lírica de la palabra para la incertidumbre de la existencia. Demasiada mierda que limpiar escondida en la alfombrilla del ratón.
Pasearse por el mundo con esa sensación de por qué importa tanto lo que no tiene remedio es cansado y más aún en la línea del fluido y la neurona. Miles de silencios convertidos en miradas que se quieren expresar porque hablar cansa el sentido.
El sentido de la verdad.
Entre ellos y todos los demás, entre ellos y él. Entre, ante, con...Con doscientas dieciocho razones para transitar.
Mauricio Barraco. Labios rojos. http://mauriziobarraco.blogspot.com/
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