Ver (escuchar) películas que me entretienen mientras escribo, no sé, quizá no me entretienen tanto o simplemente es el diálogo lo que me motiva, (la sierra está realmente hermosa, cómo el cuerpo de un amante, fresco, y lleno de recovecos por descubrir...) o ni siquiera me motiva y acabo escribiendo...
También duermo profundamente y sin despertarme.
Pero lo más extraño es ese dolor intenso que he conseguido dispersar por mi cuerpo, se ha dispersado de tal modo que a veces me sorprendo sin sentirlo y me da miedo.
Porque sé exactamente, qué significa.
Me encanta esta hora para escribir, porque casi nunca escribo a esta hora y es reconfortante sentir todos y cada uno de los fluidos en perfecto equilibrio, sin sobresaltos, ni sorpresas...esa placidez...casi igual que lo que siento cuando miro la mar en línea con el cielo, horizonte perfecto, cierro los ojos, el arrullo inconfundible de las olas...cierro los ojos...y estoy allí, yo, el agua, la tierra, y el cielo...
Es simplemente perfecto.
No quiero ver nada, no quiero escuchar nada. Solo silencio y la maravillosa compañía de mi voz muda mientras leo.
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