Siempre está ahí.
Por eso ayer cuando no recibí ni un mensaje de amor, ni una llamada, ni un poema, ni un nada. Nada paso.
Y siendo yo Selenita me sorprendió. Además perdió el Atleti. Una vez más.
Todo es como siempre ha sido.
Tú y yo no tenemos nada de lo que hablar. Te lo has cargado todo.
Bendito seas.
Nunca se os ocurrió pensar en la tercera opción.
Lo mejor no es que me importe nada lo que piense la gente.
Lo sublime es que es verdad.
Eso es lo que nos diferencia.
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