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Ying Yang

Herejía

La luxación en la cornea le estaba quitando el poco ánimo que le quedaba, y haciendo gestos con las manos,  chillaba.
Sus labios decidió coserlos aquél año que los negros llegaron a la luna y las piernas se las cortó años después,   cuando todos los gobiernos del mundo sin excepción eligieron la lobotomización para todos aquellos que su renta per cápita  fuera superior a la media establecida.
Ya ni siquiera recordaba en que momento dijo aquello de a su imagen y semejanza y lo que era peor si en algún momento lo había llegado a decir.
Rememoraba los instantes en los que se había enfadado tanto que había decidido pensar bing-bang y ahora ni siquiera tenía los siete días de rigor pues con su enfado se había llevado todo e incluso parte de él.

Estaba jodido. Aquellos puñeteros monos le habían salido igual que los anteriores y era tal su frustración que la regeneración le estaba llevando demasiado tiempo.
Y por si todo aquello fuera poco, tal fue la explosión que ahora lo alados tenían sexo. Eso sí, al cincuenta por ciento qué ese país de la ñ le había dejado cierto regusto en el inconsciente.

Por fin entendieron que quería música de fondo sin utilizar sus tremendos poderes y después de echarle litros de colirio se dispuso a disfrutar, mientras tarareaba...
Venite, Venite

1 comentario:

Ying Yang
UFS: Unión de Folladores Salvajes.
Ufs: Unilateral fusión de sensaciones.

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.
En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
Mario Benedetti

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