Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales. Mario Benedetti
yo me volcaría... bien volcado...
ResponderEliminar;)
besazo!
Otra vez, hielo. Y más hielo.
ResponderEliminarEl hielo es increíble, dísfrutalo mientras puedas.
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