Porque sé,
qué
de una sospecha sin una causa, encontré la palabra perdida.
Porque sabes,
qué
al pensar que el mundo está programado
me revelo y te expreso
Y no sé si el insomnio tendrá sospecha o los signos acentos de intención.
Pero sé que la realidad que no tiene imperdibles, ni está cosida, esa que es tan mía que ni se recuerda y que no se escribe en relieves.
Esa qué arrebata la perfección de un dios, me escribe el límite
Y entre tanto y el tanto que me supones, me fumo el miedo.
Y de amanecidas suspiro y de pensamientos soy libre.
Y sé porque sé,
qué la última vez que hice el amor estabas conmigo, y la última vez que follé no la recuerdo.
Y entre,
la excusa de mi percepción, el delirio del verso con lengua, la expresión sin cadenas, el tono del matiz, y la locura de mi intención,
nace mi siento y muere tu ira.
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