Lejos de allí, dónde nadie existe. Dos amantes se juran amor eterno entre el recurso de los dioses.
Entretanto un byte roba un corazón y un susurro insospechado abraza el mayor de los derroches.
El recurso de un peazo de nada se había metido entre el silencio y la respiración agitada de una noche de verano que quemaba a fuego la piel.
Entretanto un byte roba un corazón y un susurro insospechado abraza el mayor de los derroches.
El recurso de un peazo de nada se había metido entre el silencio y la respiración agitada de una noche de verano que quemaba a fuego la piel.
El poco peso de su cuerpo se concentraba en pulsaciones ávidas de poder en el sonido de su teclado. Tenía las palabras cosidas en la boca sin sujetos ni predicados queriendo ser esculpidas en metáforas sublimes de compresión y tortura.
Alrededor, la cruel indiferencia de las cosas, dibujaba volutas de espinas que había que respirar para no ahogarse.
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