Un mal menor y ninguna duda razonable, pensaba. Mientras sus manos se quedaban heladas haciendo el resumen de la historia.
Lo malo es que la historia no aconteció, ni sucedió, esa era la realidad. Se quería hacer experta en sin sentidos y descifres de algoritmos emocionales. Era sumamente divertido y tremendamente doloroso. Todo muy relacionado con mente.
Pero todavía estaba mucho más relacionado con su terrible convicción de que por debajo de los todos siempre hay nudo que enreda la madeja descompensando químicas y alterando elementos.
Si era capaz de encontrar el nudo, encontraría el principio y quizá nunca el fin pero era una forma como otra cualquiera de hacer pasar el tiempo, además necesitaba saber porque tenía esa terrible atracción por los raros no usuales y tremedamente inteligentes.
Pensaba que tenían alma, sabía que tenían alma.
Todo engendro con capacidad para pensar por si mismos...
Era algo más allá de cualquier solución a un problema lógico irresoluble.
Ella tenía alma.
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