Aquellas palabras le habían retumbado hasta el esternón.
Después de haber racionalizado la situación hasta límites insospechados, escuchar aquello en su cerebro había hecho que hasta las puntas de los pies le temblaran, por supuesto no hizo ningún comentario a ese respecto pues estaba en estado de control y equilibrio.
Cuando la síntesis contestó y el silencio que a veces es demoledor y otras pura poesía se hizo cargo de la situación. Se dedico a la prosa frívola.
Todo era mucho mas cómodo, no tenía que sentir su cerebro mandando mensajitos a su músculo vital para mantenerlo bajo guardia y custodia.
Pero esas palabras, ese conjunto de palabras hecho renglón se quedaron prendadas en la comisura de su sonrisa.
Estaba bien, todo por fin volvía a estar bien.
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