Me pregunto que encontraste tú.
Las ganas se apoderan de mi dedos, de mi mente, de mi estomago y mi garganta...
Sé que si supiera odiar me enfadaria menos y no amaría más...
Sé que si pudiera leer tu mente me chocaría de lleno con parte de mí.
Cada reflejo que emites, cada letra escrita, cada hueco vacío que deja la letra impresa que tecleas, son efluvios dilitados y contraidos de la prolonganción veloz de tu mente que lucha por librarse y esclavizarme...
Cada grito que emites por echarme de tu vida es un ruego de que me quede.
Cada empujón que me das es un abrazo fuerte y seguro.
Porque cada vez que me acerco eres libre y cada vez que me alejo esclavo.
Eres la prolongación imaginada de mi reflejo.
Mientras tú cultivas cerebro. Yo corazón.
La magía, el embrujo, el poder de la fuerza en su lado más oscuro y luminoso.
Nuestro amor.
No es un carta de amor. Sólo un retazo del odio que no te puedo tener.
El (la)oscuro de la fuerza siempre tiene que ser tenido en cuenta.
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