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Ying Yang

Cosas

Yo no sé, de donde nace la inspiración, quizás del roce de los huecos del desequilibrio.
Nunca he querido ni quiero hacer literatura sólo plasmar lo que se me sale de los poros y a lo mejor es la hora de cambiarlo pero entonces tendría que cambiar todo. Es cuestión de conceptos, los jodidos conceptos.
Currarme la inspiración con los sinónimos y antónimos jugar con las emociones de las personas. Atacar uno a uno los pilares de los sentires...pero no. Yo no quiero eso, para eso ya están los otros...porque el mundo antes de aparecer tú siempre eran yo y los otros...y ahora...

Cuando mi hijo era pequeño me inventaba los cuentos y me gusta ver su cara a la gesticulación de mis relatos, no sé si eran buenos, sólo la carilla que ponia... y recuerdo una vez como los primos hermanos flipaban ante la narrativa ingeniosa de las circunstancias que no de las palabras, si hubiera o hubiese sabido hacer magia en ese momento serian mios de por vida...

La silla transportadora.
Era una silla triste, anciana y agrietada. Vieja. El cáñamo languidecia y crujia sólo de mirarla pero cuando de repente aparecía por el arte del birli birloque en el balcón. Yo me sentaba y viajaba por eso el día que encima de un trillo y burro a la cabeza viaje de verdad por la tierra y me tiró, no se lo pude tener en cuenta.

A lo mejor un día me entran las ganas y os cuento la fascinación que me causaban los pozos.
Dos circulos concéntricos y su camino a la nada...yo protagonista de mis imaginaciones, faltaría más, cubo, agua o piedra...Todo dependía de la sequedad de sus entrañas...

1 comentario:

  1. Desde mi punto de vista lo mejor es escribir y no pensar, cuando se pretende hacer algo bello suele salir mal la cosa.

    Un beso y que pases un muy feliz fin de semana.

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Ying Yang
UFS: Unión de Folladores Salvajes.
Ufs: Unilateral fusión de sensaciones.

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.
En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
Mario Benedetti

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