Llevabas un pantalón negro y ancho con camisa blanca, todo de lino. Unas sandalias de cuero me dejaban ver la proporción de tus dedos y la rotundidad masculina de tus tobillos.
Mientras miras el arte del humo de tu café. Yo te observo detrás de mis gafas de sol.
Observo la magnifica coherencia de tu rostro.
No eres guapo, eres simplemente perfecto. Te clavo con la mirada y te empiezo a recorrer.
Observo la magnifica coherencia de tu rostro.
No eres guapo, eres simplemente perfecto. Te clavo con la mirada y te empiezo a recorrer.
La palma de mi mano por tu sólido y enmarañado pectoral. A continuación busco la proporción y el equilibrio de los músculos de tus brazos. Brazos que acaban en manos perfectas, manos de escritor sin prestigio, cirujano de mis deseos y de mis curas.
Nos agarramos los dedos, se magrean...una de mis manos se escapa buscando tu culo.
Volvemos de nuevo a la perfección.
No hay nada como agarrar un buen culo, tu culo merece cientos de
agarrones.
Tu cadera masculina es el preludio de la mayor de mis admiraciones.
Estás tan duro que me apetece montar en ti con la misma delicadeza que se mueve el vapor de mi vestido pero estás tan rico que quiero chuparte para mayor disfrute de mi deseo.
Sabes a gloria lírica, a excitación, a instinto primario...me encanta...y cuando las gotas espesas de ti se desparraman por mis labios...
..me besas
tú me besas
tú me besas.
Música: Blue seven. Houston Person.
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