Una losa de hormigón me cruje la espalda, entre tanto el dichoso libro de tapas blancas roza el teclado y el cuaderno de tapas rojas descansa al roce de las sábanas.
Nada que ver con los bites sudados, chorreados y macerados en intención y alevosía. Todo muy fresco y natural, a pulso de voz y tono.
Sin cacofonías huecas de voces en off y sin sinfonías acústicas de red.
Y el azar abre página y recita un verso con eco, que retumba en la pantalla.
"Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día."
P. Neruda (14)
Y el aroma del sueño que me dejó la inspiración en el olor de la almohada, me empana las neuronas de gránulos de ternura para entonar tu nombre.
Y cae al aire, rozando mi pecho.
El café se ha acabado con su delicioso sabor amargo y su interés en despertarme, y el ruido del agua en mi cuerpo cumplirá su función entonando mi existencia a poro descubierto de inspiración.
No se... Me puso triste leerte, siento mucha soledad y desesperanza.
ResponderEliminar...pues sonríe que la vida es corta. ;-)
ResponderEliminar