No hay emoción suficiente, ni virtud tan incómoda en este silencio que lo envuelve todo.
El más allá de una sonrisa
Sentada en una vespa que no era mía y con una lata de cerveza observaba a esa gente que no me importaba pensando que sería genial tener un megáfono y hacer uso de una oratoria llena de sentido.
Aquellos cientos de personas...miraba sus ojos y me sentía a mil kilómetros luz . En realidad yo estaba con él pero él no lo sabía porque no estaba conmigo y eso lo resumía todo.
Ni siquiera era capaz de engullir dos tragos seguidos de aquella bebida transparente que me pasaban cuando se percataban de mi presencia.
Sólo quería el bullicio de la gente para saber que no era lo que necesitaba.
Entre tanta risa, tacón y ánimo desmedido por divertirse me sentía profundamente triste y eso se transformaba en una sonrisa cuando pensaba lo que me gustaría estar con él.
Llegué a casa tan serena, que me sorprendí.
Y quise recordar esa sensación tan plena que tengo al conducir de noche. Las ventanillas abiertas, la música a tono para espantar murciélagos y respirarte.
Cuidadín con los murciélagos...
ResponderEliminarEn una vespa cualquier sensación es buena.
ResponderEliminarsaludos.