Esto ¿Qué fue?

La noche duerme y yo me despierto con sueños entre las pestañas. Repaso general. No son horas, la mente no clarea y el café amarga.

El cuerpo que habito añora con ansia el toque leve de unos labios. Me quedo quieta, inmóvil . Escucho mi cuerpo. Me habla de necesidad, de querencia, de deseo. De babas batidas a base de lengua. De huecos del cuerpo por rellenar. 

Una canción timbrea en mis oídos. Despacio mi mente se desenreda y una  sonrisa aparece como si yo no quisiera escucharla. Mis neuronas están serias pero mi corazón,  caliente.

Es demasiado pronto para saber como van los giros del mundo y demasiado tarde para querer hacer encajes de bolillos. 

Estoy pensando en dos dimensiones, parezco un planides mediocre aplastado por su cobertura deficiente. 

Me estoy gastando las neuronas cuando realmente me tenía que estrujar los sentidos para desayunar emoción y misterio en la soledad de un teclado que me conoce demasiado bien y en el que quizá me exprese demasiado mal.

No quiero dejar entrar a nadie en mi pensamiento que no sea él, lo ensucian, lo debilitan. Son las seis de la mañana cuando deberían ser las siete, otra vez fallo en el sistema. Otra vez una canción una sonrisa. 

Si las palabras no importan...por qué éstas me llevaron al cauce de los sentidos...escribo demasiado despacio pero mis pensamientos van demasiado rápido.

Bajo a la calle. Mis pies pisan humedad y el frescor lava mi cara pero no me desierto, todo lo contrario. Me duermo entre sueños de dulzuras picantes.

Recamino el camino, la luz ha cambiado de color. 

                                   
    Ducha ardiendo y trescientos sesenta grados de frescor.

A toda hostia, zumbando en mis oídos...reactivación...bip, bip...Ouuuuuh Yeaaaaah.