A 180 Km la radio empieza hablar de una película que no he visto. La naranja mecánica. A Clockwork Orange A 110 Km. decido que de momento voy a seguir sin verla.
Y mi cabeza entra en una especie de agujero negro con miles de nebulosas que no soy capaz de tocar ni de ver. Sólo las siento. Mientras mi cabeza está allí, mis ojos y mis manos siguen pendientes de la carretera. Es curioso.
Pues con él me pasa lo mismo. No debería de poner esto, pues a estas alturas no sé quién me lee ni quién no me lee y luego vienen...los líos.
El caso es que con la cabeza por ahí y mis ojos en la carretera me entra la imperiosa necesidad de escribir. Es bueno, pensé haber fallecido. No tan bueno si pienso que más de la mitad de la inspiración me la he dejado en el camino, entre los putos baches, los soplapollas de a 150 te como el culo y te quitas...y demás cosas nada líricas...
El caso es que mientras mi cabeza iba a velocidades vertiginosas yo he llegado a mi casa...y nadie excepto una persona a preguntado por mi. Realmente no sé que esperaba....es que yo siempre espero algo...algo más....
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