Todo se compone de un número infinito de posibilidades
Buceo en la placenta incompleta de la noche y mis huellas se posan en el espeso mundo de la incompresión, dejando que me atrape su inconciencia y esperando con todas las ganas, que el pensamiento se desintegre.
La esponjosidad porosa y cruel de no sentirse, congelar el momento e infiltrarlo en la carne.
La certidumbre de la creencia.
Alguna vez se dió el caso cierto de que amaron más allá de los circuitos impresos que comunican el submundo de los mundos.
Que la irrealidad incomprendida por los aparentes me tatuó los órganos vitales de la existencia.
Y en los días que no te pienso me ganas la batalla en la noche, cuando el silencio es melodía profunda y paz para el encuentro del "si mismo"
La noche, hogar de los locos por el más allá de lo evidente
Esos que suspiran sus verdaderos verbos y conjugan los imposibles en letanías mudas
La noche no tiene colores y las sombras se cuelgan por los huecos que hay entre mis ojos y mi piel dejandolos totalmente muertos, impasibles.
Cristal perfecto que busca con afán de microscopio en que parte de mi te has posado para poderte inventar de nuevo.
Estoy dentro de una caja. En el sitio idóneo, me miras, te recreas, me observas...a veces me sacas de ella y acaricias lentamente todo el perímetro de mi contorno, para volverme a colocar con sigilo en el sitio ideal que has creado única y exclusivamente para mi. Antes de que en un arranque de furia me arrojes contra la pared y me hagas añicos maldiciéndome y chillándome mientras tus lágrimas caén sin consuelo.
Y ahí estoy. Muda, inmovil, con la mirada perdida.
Tu objeto del deseo, la prueba más real de tu crueldad, de tu dolor, de la fuerza de la energia, de la imaginación, de la fantasía, la mezcla perfecta del odio y del amor, del placer y el dolor...de la fuerza de los reversos...
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Ufs: Unilateral fusión de sensaciones.
Su amor no era sencillo
Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.
En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
Mario Benedetti
En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
Mario Benedetti
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Buen relato, me encanto. Besos
ResponderEliminarNo vuelvas a sermonear en mi blog con ningún comentario como el anterior bajo ningún concepto.
ResponderEliminarSi te crees con la valentia y libertad suficiente como para hacerlo. Yo tengo la libertad y la valentia suficiente como para decirte lo que verdaderamente pienso. En este mi BLOG.
Para mí eres un holograma no una persona, qué no se te olvide.
Y considera que a mí en otro tiempo me hubiesen quemado por bruja y en otro hubiera quemado iglesias sin pestañear.
Estoy de gilipolleces hasta los cojones.
Estás en mi blogosfera, no en jodido salón de té del siglo XIX donde las mujeres eran tontas del culo.