Sí. Hoy calimera..que estoy un poquito harta.

La pena me ha recordado la sensación que tenía cuando deje de fumar (sólo dos meses). Estas tan tranquilo y de repente un acontecimiento hecho o circunstancia llena tu cuerpo de la necesidad imperiosa de nicotina, cada vez más, cada vez más, crees que no lo vas a poder resistir, tu mente sólo se centra en la necesidad de la nicotina, es un ser malefico que se está apoderando de tu espírutu, de tu mente. Si eres consciente de esa sensación, la sostienes y la filtras . Si eres capaz de entender que es temporal ganas la batalla, pues igual que crece, mengua y desaparece...Aquí lo único importante es centrarse en que es algo temporal si crees que es algo permanente en el tiempo. Date por jodido.

Me gustaría ser una gran HP. Y me jode no poder serlo. (a sopesar como entrada)

Hace algún tiempo me dijeron ¿ Y quién se apiada de ti? . NADIE , en ese momento no le di mucha importancia...Hoy esas palabras caen sobre mí como una losa.

¿Quién se podría apiadar de la chica dura, con cierto grado de chulería, borde y cortante de postventa?
La gente que ve como sonríe y echa una carcajada cada vez que ve un huequillo para hacerlo.
Sus amigos que saben que son de lo mas importante para ella y que daría un dedo o la mano sin pensárselo por ellos.
Sus compañeros que saben que cuando uno tiene mala cara, les pregunta ¿Estás bien? de todo corazón.
La compañera que ve una vez al mes, le deleita con sus problemas familiares, porque sabe que los escuchara con atención y jamás comentara más allá de ese momento.
El que será su expareja que la ve llegar con una cara de dame un abrazo que lo necesito.

NO, AMIGOS NO....la única que se apiada de mí. Soy yo.

Tanto me apiado que en muchas ocasiones me animo yo sola: Venga E.... que sabes que te quieren. A pesar de las lágrimas que caen de mis ojos me digan lo contrario.....

¡¡Joder!! vaya berrinche...Manda huevos ni llorando a moco perdido pierdo el buen humor....

A quien le pueda interesar cuando he subido a repasar la entrada, sólo quedaban los mocos, las lágrimas ya no están...